martes, 16 de julio de 2013

Uruguay, el milagro del fútbol mundial

URUGUAY, EL MILAGRO DEL FÚTBOL MUNDIAL


Uruguay es un país muy pequeño geográficamente, pero ha tenido la ambición de ser grande en todas sus acciones futbolísticas a los ojos de todo el mundo, dejando su huella en cada competencia que ha disputado a lo largo de la historia. El uruguayo presenta con la expresión de su naturaleza colectiva como una de las formas preferentes de hacer visibles el carácter de su persona y sus valores nacionales. La historia del fútbol charrúa de alguna manera es un reflejo de la propia personalidad oriental.

El fútbol representa a Uruguay con elocuente fidelidad, en la medida que los deportistas de todas las épocas y en todas las ocasiones, salieron a la cancha no solamente a ganar, sino a demostrar esta profunda pertenencia y ese mandato de ser genuinos y empecinados en el esfuerzo. El pueblo uruguayo atesora su tradición y ama apasionadamente el fútbol, este deporte que cosechó un sinfín de triunfos a lo largo de su rica historia. Tan es así, que en su momento correspondió a Uruguay fundar e impulsar la Confederación Sudamericana de Fútbol, lo que es hoy la llamada Copa América (ésta fue fundada en 1916 por un ilustre uruguayo, Héctor Rivadavia Gómez), competencia en la que Uruguay se dio el lujo de conquistarla 15 veces, convirtiéndose en el país de la CSF que más títulos consiguió a este nivel.

Iniciada la tercera década, fue también de los uruguayos la idea de presentarse en el Viejo Continente a competir en este deporte. El viaje transoceánico parecía una quimera, y ganar era un sueño de locos. Sin embargo, no solamente se convirtió en el primer país en el mundo en jugar en Europa, sino que comenzó a escribir los capítulos más hermosos de la historia del fútbol. Asombró con un fútbol nuevo y moderno, lo que el famoso comentario y frase histórica de “ráfaga olímpica” por su actuación en los partidos previos, emprendió a divulgarse por todo el mundo. La celeste se consagró el mejor equipo del mundo en los Juegos del 24 y reafirmó su excelencia 4 años más tarde en el 28, logrando el bi-campeonato mundial de fútbol.

Un año más tarde, también fue Uruguay el precursor de postularse como país organizador del primer Campeonato Mundial de Fútbol de selecciones. Luego de una incansable tarea de la directiva de la Asociación Uruguaya de Fútbol, la resolución fue favorable a Uruguay y en menos de un año había que construir un Estadio. Finalmente, en nueve meses y medio, se construyó el hogar del fútbol mundial, se levantó el glorioso Estadio Centenario, lo que significó una obra titánica para el país bañado por el Río de la Plata. Se estrenaba el primer campeonato Mundial y Uruguay era el anfitrión. La celeste se hizo también de la primera competición magna del fútbol y ésta se transformó en leyenda. Uruguay se consagró tri-campeón del Mundo en ese entonces. Pasaron 20 años para que los campeones del mundo volvieran a disputar un Mundial, ya que en los mundiales del 34 y 38 los celestes decidieron estar ausentes por motivos de enfrentamiento deportivo con los países europeos.

Entonces la vuelta fue en 1950, en Brasil. Uruguay con otra generación de jugadores y con otro objetivo, el de llegar lo más arriba posible. En esta circunstancia, es cuando el futbolista uruguayo descubre algo especial en su personalidad, despierta esa dignidad por la camiseta celeste, esa actitud, personalidad y ese carácter único que solo el hombre uruguayo puede explicar de que se trata. En este mundial aparece el sucesor de Nasazzi, el gran capitán Obdulio Varela. Mientras Uruguay empataba 2 a 2 con España y le ganaba a Suecia 3 a 2, Brasil arrasaba a Suecia por 7 a 1 y a España 6 a 1 respectivamente. No cabían dudas del favoritismo del local para ganar la copa. Llega a la final, todo Brasil hervía en la olla de la euforia con aquella convicción casi hecha realidad. Prácticamente era cumplir con la obligación de salir a la cancha. Sin embargo, en frente tendrían a los Dioses uruguayos que se consolidaron para la eternidad con su reputación de potencia futbolística. Se producía entonces, la más grande hazaña de la historia del fútbol Mundial, Uruguay le ganó a Brasil por 2 a 1 en el mismísimo Maracaná y era tetra-campeón del Mundo.

El fútbol de selecciones queda de lado y llega la hora de los clubes. Comienza la hegemonía de los equipos uruguayos, tanto de Peñarol como de Nacional en América, llegando a conseguir entre las dos instituciones, 8 Copas Libertadores de América y 6 Copas Intercontinentales, algo inigualable en el mundo del fútbol. Posteriormente, se siguieron cosechando logros de todo tipo, fueron innumerables los momentos de gloria para Uruguay, tan es así, que logró cerrar el milenio con una privilegiada distinción que ninguna otra nación afiliada a FIFA lo tiene, en cada década del siglo XX, por lo menos ganó un título internacional de selecciones o clubes de resonancia mundial.


Hay que tener conciencia de lo importante que ha sido ese factor diferencial en el jugador uruguayo siendo fiel a su cultura a lo largo de la historia, hay que atesorarlo como un patrimonio que no se debe desconocer. Los futbolistas charrúas actuales intentan aprender de aquellos y demostrar en la cancha, todas esas características nombradas que tanta gloria han brindado, siempre hay que tener presente el honor que aquellos han legado al glorioso Uruguay. Auguramos que el fútbol uruguayo del futuro siga representándonos como hasta ahora, presente en todos los podios de todas las categorías, no caben dudas que actualmente se están haciendo las cosas bien, durante este proceso se han despertado esas queridas y gloriosas tradiciones, esas características que nos identifican para volver a ser de a poco lo que fuimos en su momento.

Sabemos que en el fútbol de hoy es muy difícil alcanzar la gloria o estar siempre entre las primeras potencias, la diferencia económica y de infraestructura para con los demás, muchas veces hacen que algunas cosas le sean más sencillas que a nosotros, las posibilidades y comodidades no son las mismas, por ello, se distingue más aún este sensacional trabajo que representa a Oscar Washington Tabárez como organizador y responsable de este gran proceso. Uruguay es un orgullo mundial!!


Por Brahian Kuchman


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